El ADN de la Innovación

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En la introducción a su libro “Thinking, Fast and Slow”, Daniel Kahneman dice que para hacer un buen diagnóstico, un médico necesita catalogar una gran cantidad de enfermedades, cada cual ligada a una idea de las posibles causas, síntomas, desarrollo y consecuencias, y a las intervenciones necesarias para curar o al menos mitigar la enfermedad.

Aprender medicina consiste en parte en aprender el lenguaje de la medicina. Entender más profundamente el catálogo de valoraciones posibles requiere un vocabulario más rico del existente en la vida diaria. Esta experiencia conduce al médico a razonar conscientemente sobre la enfermedad, su diagnóstico y su tratamiento.

Sin embargo, la mayoría de las impresiones y pensamientos que aparecen en la mente del médico, lo hacen de una manera automática, sin saber cómo llegan a su consciencia, fruto de la intuición basada en su propia experiencia y conocimientos adquiridos previamente. El libro trata sobre los errores mas comunes de la intuición. ¡Fascinante!

Comparemos por un momento la medicina con la innovación.

  • La medicina es una disciplina altamente desarrollada. Existe un lenguaje universal aceptado sobre enfermedades y tratamientos, apoyada a su vez por disciplinas altamente desarrolladas como química, biología, farmacología, etc. La innovación es una disciplina en desarrollo. Cada cuál entiende algo diferente y se apoya en herramientas en desarrollo en constante evolución como Lean Start-up, Lean Project Management, etc.
  • Las especies biológicas vivimos en un entorno relativamente estable. Aparecen y desaparecen cada cientos o miles de años. Los ciclos del entorno climático se miden en magnitudes similares. Las empresas interactúan en un entorno turbulento. La mayoría desaparecen a los pocos años de su formación. Las que sobreviven 100 años son la excepción.
  • Los sujetos biológicos evolucionan lentamente. Se necesitan cientos o miles de años para encontrar diferencias significativas en sus procesos. Los sujetos corporativos necesitan revolucionarse para prosperar y/o sobrevivir. Las empresas que sobreviven 100 años se parecen muy poco a lo que eran 100 años atrás.
  • Los remedios eficaces a las enfermedades requieren muchos años de investigación y grandes recursos para su desarrollo. Evitar los efectos secundarios es en gran parte responsable de ello. Mientras tanto, muchos sujetos morirán. Afortunadamente cada vez menos. En comparación, cada vez más organizaciones buscan soluciones urgentes a los retos a los que se enfrentan en la innovación. Mientras tanto, muchas empresas morirán. Las que sobrevivan y prosperen serán las mas adaptables a los cambios turbulentos del entorno.

El sujeto biológico está destinado por su ciclo de vida a morir. Los avances de la medicina permiten en la actualidad trasplantar órganos que permiten alargar dicho ciclo, pero los procesos biológicos siguen estando dictados por el ADN. Afortunadamente el ciclo de vida del sujeto corporativo cuenta con la capacidad de renovarse, tanto en sus órganos (empleados, equipamiento) como en sus procedimientos (el modelo de relación entre sus empleados – la cultura – y el uso y mantenimiento del equipo).

Si las organizaciones tienen la capacidad de modificar su ADN, aquellas que consigan la secuencia genética que les permita innovar inconscientemente, intuitivamente, serán las más prósperas. Seguiremos reflexionando sobre este tema.

Agustín Ramos

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