La innovación sostenible

El pasado 2 de febrero se publicó en La Vanguardia un artículo de Ana Macpherson bajo el título Can Ruti acorta la lista de espera con propuestas de su personal”. Can Ruti es uno de los grandes hospitales de referencia de Barcelona. Y durante el 2014 ha conseguido la proeza de dejar a cero su lista de espera para la mayoría de los pacientes con cirugía programada.

Una noticia así, en estos tiempos de crisis y recortes en que las grandes instituciones parecen escudarse sin rubor tras el negativismo que les infunde la crisis, nos sorprende y nos alienta. Tras confirmar en la cabecera del periódico que no estamos en el día de los Santos Inocentes nos preguntamos: ¿Qué ha ocurrido en Can Ruti? ¿Cómo lo han conseguido? ¿Qué extraño sortilegio han aplicado a sus mecanismos internos?

“El truco ha sido que el personal, todo el personal, se ha implicado y ha aportado ideas para organizar las cosas de otro modo en cada tipo de problema”, nos dice en el artículo. Es así, seguimos viendo este tipo de acciones como un truco, un repentino haz de magia, una bendita iluminación inesperada. Y añade la guinda: “El objetivo… se ha cumplido sin aumentar apenas el gasto.”

Nuestras más calurosas felicitaciones a todo el personal de Can Ruti, y especialmente a su equipo directivo por tener la humildad –y el acierto- de contar con todo el personal de su organización para solventar los problemas que, en el fondo, sufren y son de toda la organización.

Nos alegra sobremanera este ejemplo que nos muestra cómo la innovación en procesos internos existe, no solo la innovación de crear productos nuevos, de lanzar nuevas propuestas al mercado. La innovación silenciosa, aquella que remueve las entrañas de una organización, es la innovación que más cunde, que más beneficios aporta a largo plazo. Es la innovación sostenible.

Lo que ha ocurrido en Can Ruti es que se ha generado innovación trabajando desde su cultura, desde sus modos de hacer. Será difícil deshacer esta inercia –aunque con las instituciones públicas uno nunca sabe-.

Involucrar al personal, preguntar a aquél que mejor conoce los pros y los contras de unos modos de hacer, al que traslada día tras día a los enfermos, al que todas las mañanas organiza el material de quirófano, al médico que espera aburrido a que se cumplan los engorrosos trámites previos a su entrada en acción…

La clave está -y no nos negaréis que en el fondo es de lo más sensato, casi de Perogrullo- en preguntar a aquél que mejor conoce la casa. En preguntar qué está ocurriendo, y en preguntar cómo cree que se podría mejorar.

El artículo acaba diciendo “La participación y las aportaciones de todos los que intervienen en la atención de los pacientes ha sido clave”.

No podemos añadir nada más. Un modelo a seguir. Una inspiración para que sigamos trabajando cada día en Dícere en aquello en lo que creemos.Ppotencial flechas es

 Agustín Ramos

Artículo publicado en La Vanguardia el 28/01/2015, para su lectura total se ha de estar suscrito a dicho periódico http://www.lavanguardia.com/20150128/54425174502/can-ruti-acorta-lista-de-espera-con-propuestas-de-su-personal-ana-macpherson.html

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