Emprendedores y edad

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Cuando se habla de emprendedores y/o innovadores la imagen más común es la de un chaval, desarrollando una gran idea, en un garaje, una habitación de un dormitorio o en un despacho improvisado. Es la historia de personajes como Sergei Brin y Larry Page (Google), de Bill Gates y Paul Allen (Microsoft) o Steve Jobs y Steve Wozniak (Apple) y otros muchos jovenzuelos. Pero en realidad estos ejemplos son la excepción y no la regla.

Tomemos en consideración que por ejemplo:

Los directores de las 5 películas más vistas (y que más han recaudado) en el 2012 están entre los 40’s y los 50’s.

Dos de los autores de bestsellers de ficción en el 2012 están sobre los 50’s. Y el resto no muy lejos de ellos.

De acuerdo a una investigación de Alex Mesoudi de la Durham University en Inglaterra, la edad de los eventuales ganadores del premio nobel, cuando realizan el descubrimiento o inventores cuando hacen una invención significativa estaba en los 38 años en el 2000. Un incremento de 6 años desde 1900.

Según las entrevistas realizadas por Tom Agan del NYT, un ejecutivo de una de las mayores bancas de inversión expresaba con preocupación que la edad media en su empresa era de 32 años.

Pero de acuerdo con una investigación realizada por Benjamin Jones de Northwestern University, una persona de 55 años e incluso de 65 años, tiene un potencial significativamente mayor que una de 25 años.

Si una organización desea que la innovación florezca, el discurso debe cambiar de estímulos para la jubilación anticipada o el despido hacia estímulos de retención. O sea, en lugar de llevar la edad media en dirección descendente, debe hacerse en sentido ascendente.

Una verdadera paradoja respecto a lo que estamos viendo en nuestro entorno más próximo.

Fuente: The new York Times. March, 30 2013 – Tom Agan «Why innovators Get better with Age»

1 comentario en “Emprendedores y edad

  1. No puedo estar más de acuerdo.Necesitamos cambiar el discurso en nuestras organizaciones, como se dice en el artículo. Ser mayor no es un coste, es un valor por aprovechar. Veo ahora compañeros a punto de jubilarse que se llevan con ellos experiencias y conocimientos de décadas, que nuestras empresas no sabe cómo sacar partido. Parece ser que lo único en que se piensa es ¡Qué bien, hemos amortizado un recurso caro!

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